Puro carácter argentino.
Hierbas frescas, ajo, un picor justo y ese perfume criollo que se siente antes de probarlo.
Es el sabor que acompaña al gaucho, al viajero, al que no se queda quieto.
Picante pero amable, rústico y noble como la tierra de donde viene.
23 g de proteína por paquete.